La crisis económica mundial unida a la situación de la pandemia ha provocado cambios importantes en el tejido empresarial de muchas ciudades. En este sentido, en Barcelona se ha vivido una pérdida de negocios y establecimientos representativos que han echado el cierre.
Las tiendas emblemáticas de Barcelona constituyen una parte importante de la vida de la ciudad. De hecho, muchos de estos establecimientos llevan desarrollando su actividad en la región desde hace casi medio siglo.
Estas tiendas emblemáticas de Barcelona han logrado crearse una imagen y un nombre en la ciudad y han configurado el propio carácter de la zona en la que se encuentran. Muchos turistas y residentes acuden al centro histórico, precisamente para visitar las tiendas emblemáticas de Barcelona.
Sin embargo, tanto la crisis como el poco apoyo institucional que en muchos casos han recibido estos establecimientos han contribuido a que, de manera progresiva, hayan ido desapareciendo.
Características de las tiendas emblemáticas de Barcelona
Si algo caracteriza las tiendas emblemáticas de Barcelona es precisamente que se trata de negocios que han sido abiertos por abuelos y bisabuelos de los actuales propietarios. Han sido regentados por sucesivas generaciones, que han podido continuar con la actividad hasta llegar a nuestros días.
Son negocios que han ido adaptándose a los tiempos y que han sabido modernizarse sin perder su esencia para seguir dando respuesta a las necesidades de los usuarios.
Problemática de las tiendas emblemáticas de Barcelona
Las tiendas emblemáticas de Barcelona se han dado cuenta de que ya no solo basta con llevar bien el negocio y luchar por un relevo generacional, sino que necesitan de más apoyo por parte de las instituciones.
Para luchar por su continuidad, las tiendas emblemáticas de Barcelona se han asociado para frenar su desaparición. Se puede afirmar que en la ciudad de Barcelona han desaparecido en torno a 40 tiendas de más de cien años en un periodo de 20 años.
A los problemas relacionados con su continuidad se suma el hecho de que, con la pandemia, muchas otras se han visto abocadas al cierre. En los últimos tres años han sido alrededor de 10 las tiendas emblemáticas de Barcelona que han tenido que cerrar.
La asociación pretende que se realice cierta protección de estos negocios, tanto en lo que concierne a los edificios históricos en los que muchas están emplazadas, como a la propia decoración de su interior.
La mejor forma de proteger estos negocios es que sean considerados de utilidad pública o protegidos. Otro de los aspectos que se reclaman es que se prevean las consecuencias del fin de la moratoria de la Ley de Arrendamientos Urbanos que perpetúa la renta antigua.
Para muchas de estas tiendas será necesario adaptar el pago de sus rentas a la realidad actual y esto puede suponer una sobrecarga importante de costes que puede influir en el cierre de establecimientos.
Por tanto, sería necesario que estos comercios cuenten con alguna línea de ayudas que contribuya a que mantengan su actual estatus. No es la única necesidad de estas tiendas, sino que la llegada de grandes establecimientos comerciales a las zonas históricas también está causando mucho daño a su actividad.
Todas estas cuestiones deben ser tenidas en cuenta por las instituciones públicas, que tendrán que ofrecer soluciones y plantear alternativas para mantener estos negocios en funcionamiento.