La segunda década del siglo XXI no ha sido favorable para la llegada de inversiones y el establecimiento de grandes proyectos en Barcelona.
Ejemplo de esto son algunos grandes proyectos o inversiones que han terminado optando por otras ciudades de Europa debido, por un lado, a la inestabilidad política y la incertidumbre generada por el procés y, por otro, a una política deliberada del Ayuntamiento de la ciudad.
Adiós a L’Hermitage
El proyecto de crear un satélite del famoso museo ruso en el puerto de Barcelona, anunciado en 2012 para ser inaugurado el presente año, parece haberse ido definitivamente a pique.
A pesar de contar con un fuerte apoyo por parte de vecinos, organizaciones culturales y entidades económicas y políticas, la alcaldesa Ada Colau y otros miembros del Ayuntamiento no dejaron de poner obstáculos a este proyecto.
La inversión iba a ser de 50 millones de euros, iba a generar 400 empleos y se esperaba que el primer año atrajera a 850.000 visitantes.
Los argumentos del Ayuntamiento giraban en torno al impacto sobre el tránsito y a la falta de un “proyecto cultural” que vinculase a L’Hermitage con otras instituciones de la zona.
Finalmente, los promotores del proyecto han desistido y ahora están demandando al Ayuntamiento por un monto superior a los 100 millones de euros.
La Agencia Europea del Medicamento
Tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea, la EMA estaba buscando una nueva sede y una de las ciudades mejor posicionadas para ello era, precisamente, Barcelona.
Sin embargo, los acontecimientos en torno al procés independentista terminaron favoreciendo a Ámsterdam como nueva sede de esta organización.
La presencia de la EMA en Barcelona habría traído anualmente entre 35.000 y 40.000 expertos de visita a la ciudad y la estadía de al menos 900 funcionarios europeos con sus familias, con todos los beneficios que ello hubiera supuesto: desarrollo inmobiliario, escuelas, etc.
Además de los acontecimientos del procés se ha comentado que el proyecto de la EMA tampoco generaba simpatía en las bases de la organización de Ada Colau, Barcelona en Comú.
El Hyatt y el Four Seasons
Desde su llegada al Ajuntament de Barcelona, Ada Colau ha impulsado un plan urbanístico que ha impedido el desarrollo de nuevos proyectos hoteleros en el centro de la ciudad. Víctimas de esta política fueron los proyectos de dos grandes hoteles cinco estrellas: el Hyatt (en la Torre Agbar) y un Four Season (en la antigua sede del Deutsche Bank).
Se calcula que la ciudad perdió una inversión de 400 millones de euros, al menos 4.000 nuevos empleos y 1.800 nuevas plazas en la oferta hotelera de Barcelona.
Ampliación del aeropuerto
Otra gran inversión que ha huido de Barcelona ha sido la ampliación del aeropuerto de El Prat, que pretendía convertirlo en un aeropuerto intercontinental.
El estado español iba a invertir 1.700 millones de euros en la ampliación de una de las pistas y la construcción de una nueva terminal y un nuevo aparcamiento, lo que iba a generar 85.000 empleos directos.
El acuerdo entre el Gobierno y la Generalitat se suspendió al darse a conocer que la ampliación podría afectar una zona protegida, la laguna de la Ricarda.