Luz Guilarte, líder de Ciudadanos (Cs) en Barcelona, rechazó la instalación de un albergue para personas adictas a drogas como la heroína, la cocaína o el alcohol, que iba a ser ubicado a unos metros de una escuela en el barrio del Baix Guinardó.
Desde Cs se denunció la insensibilidad por parte del gobierno de Ada Colau al intentar instalar este centro en las cercanías de un colegio de educación infantil y primaria.
Colau pone un narcoalbergue junto a un colegio
El Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat de Cataluña y el Gobierno de España no encuentran problemas en el plan de trasladar un narcoalbergue con salas de consumo para personas adictas a unos metros de una escuela para niños de 3 a 12 años de edad.
El proyecto fue impulsado por el consistorio de Ada Colau y la Agencia de Salud Pública de Barcelona y cuenta con financiación del Govern. A este apoyo se suma el delegado Joan Ramón Villalbí, ya que, según sus declaraciones, no encuentra un conflicto en la situación, porque el establecimiento solucionaría el problema de los consumidores de droga sin techo.
El centro de toxicómanos se encuentra, en la actualidad, en una sede provisional en las instalaciones de la Fundación Pere Tarrés, donde opera desde abril del año 2020. La situación ha generado inquietud en los vecinos de la zona y en familiares de alumnos.
Uno de los principales temores de la comunidad es que ocurran conflictos de convivencia e higiene. La respuesta de Villalbí fue que se aumentará la vigilancia y se reforzará la presencia policial en las zonas aledañas.
La perspectiva de Villalbí
El delegado del Gobierno del Plan Nacional sobre Drogas declaró que la población no debe tener miedo y que las razones por las que pueden ocurrir estas reubicaciones se basan en que Barcelona es una ciudad compacta con gente diversa. Asegura que, en la nueva ubicación, existirá un espacio de seguimiento en el que podrán participar los vecinos y la escuela.
Las problemáticas de la violencia
El plan de Colau para poner un narcoalbergue junto a un colegio despierta ciertas preocupaciones relacionadas con la violencia que pueden traer consigo este tipo de refugios.
Montse Bartrolí, responsable del Servicio de Prevención y Atención a las Drogodependencias, explicó que, desde la inauguración del albergue, 84 residentes fueron expulsados por no cumplir las normas y mostrar comportamientos violentos. La convivencia no es una tarea sencilla, más cuando se ha vivido en las calles. Sin embargo, a los expulsados se les continúa ofreciendo planes de trabajo para que puedan progresar y desarrollarse fuera de la institución.
Manifestaciones para reubicar el albergue
Los vecinos de la zona y las familias de los alumnos de la escuela se reunieron para protestar contra el plan de Colau de poner un narcoalbergue junto a un colegio. Desde hace unas semanas, cientos de detractores se manifiestan por sus derechos cada martes y jueves con cortes de tráfico en la ronda del Guinardó. Los grupos temen que aumente el consumo y venta de drogas en los alrededores de la escuela.